Mares y bosques: Mis mares

Siempre me ha gustado pintar el mar. O la mar, que decimos los marinos.

Las gamas de colores, la espuma de las olas, los contrastes de luces, los cielos ofrecen infinitas posibilidades al artista. Y son tambien un gran reto.

Aquí os muestro algunos de mis mares.

Mar de fondo:

Óleo sobre lienzo. 100x80.

Hasta ahora, la superficie más grande que he manchado. Este cuadro tiene muchas capas. Comencé a pintarlo allá por el año 2003. Me apetecía pintar un cuadro grande y compré el lienzo más grande que me cabía en el coche. Inicialmente, fué un cuadro muy distinto al que es ahora. Era un paisaje en ocres, que se perdía en el horizonte. Una carretera partía de la parte baja central del cuadro y se perdía en el infinito. En primer plano, se veía a un hombre tratando de arreglar un coche rojo. Una señal de tráfico indicaba que había un taller a 30 kilómetros. No sé por qué pinté ese tema.

Pasados los años, decidí reutilizar el lienzo. Comencé a pintar un mar, de memoria, con grandes olas. No me acababa de convencer lo que salía. Mi mujer me sugirió añadirle espuma blanca. Y el cuadro, por fin, comenzó a tomar forma. El mar estaba conseguido. Pero faltaba el cielo, que era más de la mitad del cuadro. Tras muchas pruebas, acabé pintando un cielo entre gris y violeta. Y así participó en un concurso de pintura en el Club Naval de Oficiales de Ferrol.

Estuvo durante varios años colgado en la casa de veraneo de mis padres. Hasta el año 2012, cuando decidí cambiar el cielo. Con un tubo grande de pintura blanca y otro azul, pasé una tarde entera añadiendo nubes. Y el resultado final es este.

Playa de Meirás (2012):

Óleo sobre lienzo. 90x30.

Llevaba tiempo deseando pintar un cuadro apaisado. Y encontré por fin el tema.

Quién conozca bien esta playa verá que la he idealizado. Desde la perspectiva en que lo hice, en primer plano, deberían verse varios grupos de rocas. Decidí (de nuevo bien asesorado por mi mujer) eliminarlas para darle más limpieza.

Doné este cuadro para la subasta del Casino Ferrolano en beneficio de Cáritas (5 de diciembre de 2012).

Me gustó el resultado. Tanto, que decidí repetir el tema, añadiendo mucho cielo.

Playa de Meirás (2012):

Óleo sobre lienzo. 90x70.

Olas rompendo en Doniños (2012):

Óleo sobre leinzo. 50x30.

Aunque está a casi 10 kilómetros, la playa de Doniños es la playa de Ferrol. Es una playa abierta al Atlántico, paraiso de surferos. Su orientación, norte-sur, le confiere al atardecer una luz muy especial.

Olas en Pantín (2012):

Óleo sobre lienzo. 40x30.

Pinté éste casi a la vez que el anterior. Y usé los mismos colores, sólo tres: azul prusia, blanco y ocre. La mezcla del ocre con el azul oscuro da un azul entre gris y verdoso que me gusta mucho.

Costa gallega (2012):

Óleo sobre lienzo. 70x50.

Más olas. Aunque en este cuadro lo más llamativo es el cielo, que ocupa unas dos terceras partes del cuadro.

Acantilados de San Andrés (2003):

Óleo sobre lienzo. 48x39.

El año 2003 pinté bastante. Este es uno de los cuadros que más me gustan de esa época.

Costa ferrolana (2012):

Óleo sobre lienzo. 24x18.

Hay días que apetece pintar cuadros grandes y otros pequeñitos. Los pequeños tienen la ventaja de que puedes terminarlos casi el mismo día.

Compré este lienzo en un chino. Es del formato que creo que llaman 3D. Muy acho (unos 4 cm). Tiene pintados los laterales.

Torre de Hércules (2005):

Óleo sobre lienzo.

Este cuadro se sale bastante de mi línea, porque empleé colores poco habituales en mis cuadros: amarillo, negro y violeta.

Marea baja (2012):

Óleo sobre lienzo 3D. 100x40.

Este cuadro también se sale un poco de mi línea en cuanto a los colores. Aquí metí mucho ocre.

Tengo que confesar que me inspiré en una foto que bajé de internet y que aún hoy sigo sin saber de dónde es la vista. ¿Ares? ¿Miño?

El formato apaisado me gusta especialmente. El lienzo es 3D, con los laterales pintados.

Costa de San Andrés de Teixido (2012):

Óleo sobre lienzo 3D. 40x40.

Siento una fascinación especial por los acantilados de San Andrés de Teixido. Ofrecen una gama cromática magnífica, que cambia tremendamente según la luz.